Es claro que las oficinas de Desarrollo Social deberían llamarse de otra forma y que el bajo impacto de sus programas y proyectos se debe más al modelo organizacional que las sustenta que a la poca competencia de sus titulares, pues la ventaja de las estructuras es que funcionan independientemente de los sujetos.
Quizá nuestra dirigencia política debería trabajar más de la mano con la comunidad académica para actualizar en la administración pública todo lo que potencialmente es más eficaz para su función, según los estudios, investigaciones y diagnósticos que reposan en las bibliotecas cubiertos de polvo y esperando ser leídos. Tal vez así la noción de Sistema deje de ser un concepto ambiguo asociado a los computadores y se traduzca en un modo de interpretación de la realidad y en consecuencia en una idea de Desarrollo que dinamiza y articula los programas y proyectos que se exponen en el plan de desarrollo.
Quizá tengamos que cambiar la forma como leemos nuestro entorno y pasemos de la lectura de “problemas” -que implica la relación de un sujeto externo que manipula una realidad- a comprender situaciones que requieren una transformación, es decir desde la óptica de un sujeto que hace parte de esa realidad. Es abandonar la idea de que los vendedores ambulantes son “un problema de espacio público” o que los desplazados son “un problema de orden público” o que las prostitutas son “un problema de salud pública” para ver en ellos a Personas que son Sujetos de Derechos y por lo tanto actores del Desarrollo.
En esa perspectiva, es necesario hacer a un lado la labor meramente asistencialista que tienen hoy las Secretarias de Desarrollo y “jugarsela” por la promoción de procesos de participación ciudadana en torno a la consolidación de Núcleos de Desarrollo Local, generando dinámicas con auténtico empoderamiento comunitario, mediante el uso de metodologías que potencien la participación ciudadana, posibiliten mayor equidad de género y promuevan la convivencia pacifica mediante el cumplimiento de las normas y la solución positiva de los conflictos.
Esto solo es posible si el tratamiento de los asuntos relativos al Desarrollo Social dejan de intervenirse de manera fragmentada, como es actualmente, y pasen a visualizarse como una línea estratégica del Desarrollo donde converjan los asuntos de paz y derechos humanos; juventud; infancia; salud pública; empleo y vivienda; además de los que ya tiene. Es pasar de la acción fragmentada y condicionada a presupuestos irrisorios, al desarrollo de procesos con una visión holística de la sociedad.
Quizá nuestra dirigencia política debería trabajar más de la mano con la comunidad académica para actualizar en la administración pública todo lo que potencialmente es más eficaz para su función, según los estudios, investigaciones y diagnósticos que reposan en las bibliotecas cubiertos de polvo y esperando ser leídos. Tal vez así la noción de Sistema deje de ser un concepto ambiguo asociado a los computadores y se traduzca en un modo de interpretación de la realidad y en consecuencia en una idea de Desarrollo que dinamiza y articula los programas y proyectos que se exponen en el plan de desarrollo.
Quizá tengamos que cambiar la forma como leemos nuestro entorno y pasemos de la lectura de “problemas” -que implica la relación de un sujeto externo que manipula una realidad- a comprender situaciones que requieren una transformación, es decir desde la óptica de un sujeto que hace parte de esa realidad. Es abandonar la idea de que los vendedores ambulantes son “un problema de espacio público” o que los desplazados son “un problema de orden público” o que las prostitutas son “un problema de salud pública” para ver en ellos a Personas que son Sujetos de Derechos y por lo tanto actores del Desarrollo.
En esa perspectiva, es necesario hacer a un lado la labor meramente asistencialista que tienen hoy las Secretarias de Desarrollo y “jugarsela” por la promoción de procesos de participación ciudadana en torno a la consolidación de Núcleos de Desarrollo Local, generando dinámicas con auténtico empoderamiento comunitario, mediante el uso de metodologías que potencien la participación ciudadana, posibiliten mayor equidad de género y promuevan la convivencia pacifica mediante el cumplimiento de las normas y la solución positiva de los conflictos.
Esto solo es posible si el tratamiento de los asuntos relativos al Desarrollo Social dejan de intervenirse de manera fragmentada, como es actualmente, y pasen a visualizarse como una línea estratégica del Desarrollo donde converjan los asuntos de paz y derechos humanos; juventud; infancia; salud pública; empleo y vivienda; además de los que ya tiene. Es pasar de la acción fragmentada y condicionada a presupuestos irrisorios, al desarrollo de procesos con una visión holística de la sociedad.
1 comentario:
Es bueno invertir en desarrollo social, solucionar problemas encontrando soluciones que no desfiguren y critiquen negativamente, sino que vea en esos errores que se hacen problemas, una oportunidad para mejorar y cambiar para bien de la sociedad
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