miércoles, 3 de junio de 2009

¿QUIEN SIRVE A QUIEN?

La idea de elegir personas a corporaciones públicas –servidores públicos- es que el ciudadano tenga la garantía de que sus impuestos se revierten en mejores condiciones de vida, en su entorno más próximo, hasta el ámbito local y regional. En otras palabras, que dado que el pago de impuestos garantiza el salario de los funcionarios públicos, la gasolina de los carros que se les destinan, los escoltas y hasta su manutención en ocasiones especiales, mediante los llamados gastos de representación, en consecuencia realicen una labor inteligente y eficaz a favor de la sociedad y que sea palpable en el transcurrir de la vida cotidiana de las personas.

Sin embargo, la realidad nos muestra otra cosa: funcionarios públicos que carecen de amabilidad con el ciudadano y por el contrario lo agraden al tratarlo con desdén y desaire; calles sucias, sin mobiliario urbano adecuado para mantenerla limpia (sin canecas de basura ni baños públicos); calles, parques y sitios inseguros, donde esta vetado pasar en algunas horas del día y de la noche y donde el riesgo corre por cuenta del ciudadano (aun cuando existe un CAI en las esquinas de esos barrios o parques); congestión y desorden vial con carros y buses que paran donde quieren y pasajeros que suben y bajan arriesgando sus vidas; calles atestadas de vendedores ambulantes donde se camuflan rateros, jíbaros y prostitutas; parques abandonados, convertidos en baños públicos y sitios para el mercadeo sexual; carros que contaminan más allá de lo permitido, excremento de perros por doquier, motos que van y vienen sin ningún tipo de control; en síntesis: caos, desorden y anarquía, y en medio de este crudo panorama ¿Qué están haciendo los servidores públicos?

No es justo que para que una persona o comunidad pueda satisfacer una necesidad o solucionar algún problema que le afecta de manera dramática su calidad de vida, tenga que suplicar y rogar para ser atendida o tenida en cuenta o si no la responsabilidad por las consecuencias que pueda tener son suyas, por no haber hecho ‘la gestión’ ante la administración o por no tener una ‘palanca’.

No es justo que las pequeñas obras de los barrios y la inclusión en programas de bienestar de niños, madres solteras o ancianos, dependan de la ‘buena gestión’ de un concejal, secretario de despacho o asesor del alcalde o gobernador, como si su actuación fuese un favor personal, aunque se sabe que después pasará cuenta de cobro en tiempos electorales.

No es justo que sean las empresas privadas, las ong’s y algunos grupos de ciudadanos, quienes constantemente estén estudiando, investigando y proponiendo acciones para tener una ciudad más limpia, segura, culta y competitiva, mientras que quienes tienen El Poder –y la obligación- de decidir, deambulan por las calles de la indiferencia sin decidirse a ejecutar planes, programas y proyectos obedeciendo a un modelo de ciudad y de Desarrollo, donde el centro de su acción sea la persona, y mejor se dediquen a hacer obras de cemento pensando en su inmortalidad y malgastando los recursos de cultura ciudadana y desarrollo social en proyectos insignificantes y programas asistencialitas que no dejan ningún impacto positivo en la calidad de vida y solo generan más pobreza y dependencia.

Son muchas las voces desde la academia, la empresa privada y las organizaciones sociales y comunitarias que reclaman a los servidores públicos que atiendan los asuntos públicos y le sirvan al público, para que los ciudadanos puedan dedicarse a disfrutar la ciudad, caminado tranquilamente por los andenes, jugando y charlando en parques limpios y seguros, entreteniéndose con los artistas callejeros y sobre todo consolidando el espíritu de la convivencia pacifica.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No se le pueden pedir peras al olmo. Sencillamente la gente que administra el país, NO es la gente mas capaz, sino los recomendados de alguien de mas alta jerarquía, quienes a su vez andan mas interesados en sus negocios que en la filosofía de vida de un país y un planeta y los que proponemos cambios llegamos a los mas altos tribunales y nos inadmiten las demandas porque lo solicitado está en la página 12 y debió estar en la página 10 ¿? Fernando Rodríguez Lourido

Anónimo dijo...

Bueno, mas que proponer cambios es pedir la aplicación de las normas y leyes vigentes. Fernando Rodríguez Lourido