martes, 15 de octubre de 2019

Ciudananía Líquida: El camino hacia una sociedad flexible, autónoma, solidaria y tolerante


El ser humano se construye desde la relación con el otro, con lo otro y consigo mismo. Así nos formamos una idea de lo que somos y lo que queremos ser, forjamos una representación del mundo y la ponemos en práctica, a eso llamamos cultura. En ese sentido la cultura es algo dinámico que está en permanente cambio, renovándose y reinventándose cada tanto. Leer los signos emergentes de las nuevas expresiones que marcan nuevas expresiones culturales es un reto que nos permite una mejor convivencia y en consecuencia un mejor desarrollo como sociedad.

Somos personas desde el reconocimiento mutuo, lo que nos permite desenvolvernos en una entramada de sensaciones y discursos que nos acercan y/o nos alejan dinámicamente de los otros. Normalmente escogemos estar con quienes compartimos emociones, sentimientos y razones acordes con nuestra idea del mundo y cuya apariencia es similar a la nuestra, por el contrario preferimos alejarnos de quienes piensan, sienten y aparentan ser diferentes.  Esto pasa porque nos invade el miedo a que se derrumben nuestros paradigmas, perdamos nuestra identidad o que nuestra existencia carezca de sentido, es decir miedo a morir moralmente; sentimos la diferencia (sexual, política o religiosa) como una amenaza a nuestra propia existencia, entonces nos ponemos a la defensiva, atacamos y nos volvemos violentos.

Sin embargo, la historia de la humanidad ha demostrado que no es así y que por el contrario las culturas se enriquecen cuando toman elementos de otras culturas y los incorporan a su propia imagen de mundo; esto amplía los horizontes de mundo, enriquece el lenguaje, flexibiliza la estructura social y promueve el desarrollo de la ciencia y las artes.

Una sociedad donde el otro es reconocido como un legítimo otro en la convivencia cotidiana (H.Maturana), es una sociedad de amor, donde la piedra angular es la Dignidad como valor supremo que hace posible la tolerancia, la solidaridad y la responsabilidad; una simbiosis entre los principios de la modernidad y las pluralidades de la posmodernidad.

La cultura de Bucaramanga, es decir su manera de representarse el mundo y vivirlo históricamente,   es como toda la cultura latinoamericana un híbrido (García Clanclini) de expresiones premodernas, modernas y posmodernas pero donde parece predominar el arraigo de tradiciones y costumbres patriarcales que se resisten a aceptar los cambios que irrumpen con la velocidad y la inmediatez que hoy nos permiten la conectividad tecnológica y especialmente las redes sociales.

Es así como los bumangueses parecen vivir en una permanente tensión entre ser una sociedad abierta, tolerante, solidaria, sin prejuicios en medio de las estructuras patriarcales, conservadoras, prejuiciosas e intolerantes. De esta tensión cultural surge esta propuesta de “Ciudadanía Líquida” como un aporte a la formación de las personas para que tengan la capacidad de ver en los otros, más allá de las formas, a personas con quienes convive y con quienes se puede construir un mundo mejor. En otras palabras “Ciudadanías  líquidas” pretende ser un aporte a la formación de una cultura donde el otro se ve en lo que es como esencia pura: un ser humano, sin barreras de sexo, género, ideologías, religiones, edad, color, estatura o limitaciones físicas o psicológicas.


“Ciudadanía Líquida” es una apuesta por encontrarnos en lo esencial, dejando que las formas fluyan libremente por las estructuras sociales y que éstas no constituyan una barrera para el desarrollo personal y colectivo sino que sean el soporte que se necesita para el crecimiento personal y colectivo.

Para más información escribir a alvaro.vecino@gmail.com

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