Es normal que los estructuradores de los proyectos, y en consecuencia sus ejecutores, consideren que la Gestión Social es una sumatoria de actividades, más o menos, planas durante el tiempo que dura el proyecto. Sin embargo, hay que destacar que la Gestión Social en un proyecto vial concesionado tiene tres (3) momentos que se dan en cada una de sus fases. Estos momentos son: 1) Liberación; 2) Integración; 3) Resiliencia Social
1. Liberación. Esta fase transcurre desde el momento en que se firma el acta de inicio hasta el comienzo de la construcción del tramo o de la Unidad Funcional (UF), según como se haya estructurado el proyecto o se plantee el tiempo-camino. Durante el desarrollo de esta fase el responsable de la gestión social del proyecto deberá actuar de manera coordinada con el responsable de la gestión ambiental y el de la gestión predial, pues los tres persiguen el mismo objetivo: liberar social, predial y ambientalmente el territorio sobre el cual se iniciarán los trabajos de construcción de la vía.
Liberar, en este contexto, significa resolver todas las situaciones que puedan generar conflictos que impidan o retrasen el desarrollo de las obras; para ello es necesario que antes que lleguen las máquinas y los obreros, se cuente con la Licencia Ambiental, los predios estén comprados, las unidades sociales y económicas compensadas según su situación y las comunidades sean ampliamente conocedoras de los pormenores del proyecto, los impactos y beneficios que tendrá para sus vidas, las posibilidades de contratación de personas, bienes y servicios, y las condiciones para el aprovechamiento de la obra en el Desarrollo de su localidad y/o la región.
En esta fase el equipo de Gestión Social deberá iniciar por conocer los estudios, diagnósticos y propuestas realizadas por el estructurador para validar, ampliar y actualizar dicha información con la realidad actual del proyecto. Sin embargo, dos documentos vitales en esta fase, y que por lo general no se hacen en la estructuración son: a) el mapa de actores; y b) el mapa de conflictos.
a) Para levantar el Mapa de Actores es necesario hacer una lectura del entorno político, económico y cultural del territorio para establecer los tipos de actores (personas, organizaciones o instituciones), sus intereses y posiciones frente al proyecto, de tal manera que se pueda diseñar una estrategia de relacionamiento que posibilite avanzar en el proceso de liberación de acuerdo con los tiempos previstos para ella. Entre los actores es importante identificar aquellos líderes naturales, que sin tener cargo o título formal, tienen gran incidencia en la opinión y el sentir de las comunidades.
b)El Mapa de Conflictos va surgiendo con el mapa de actores. El propósito de este instrumento es permitirle al concesionario identificar tres tipos de conflictos: i) aquellos que son históricos en la zona y que no tienen nada que ver con el proyecto que se desarrollará pero habrá quienes se los quieran endilgar al proyecto. ii) aquellos que están latentes y que con la presencia del proyecto cobran relevancia. iii) aquellos que se generarán por el desarrollo del proyecto y que requieren un tratamiento específico con las áreas involucradas.
En este punto es
importante destacar que el responsable de la Gestión Social debe tener las
habilidades y los conocimientos necesarios para establecer buenas relaciones
con los lideres políticos, gremiales y sociales de las localidades que hacen
parte del área de influencia del proyecto con el fin de construir los canales
comunicativos que faciliten el entendimiento mutuo entre las partes y de esta
manera diseñar, con la alta gerencia del proyecto, una estrategia de
relacionamiento que les permita generar un clima de aceptación, confianza y
solidaridad entre los actores identificados con el proyecto que está iniciando.
Otro insumo clave para el buen desarrollo de esta
fase es el análisis de riesgos e impactos del proyecto. Es necesario
complementar la información proporcionada por el estructurador pues la claridad
sobre estos aspectos permitirá al responsable de la Gestión Social diseñar la
estrategia comunicativa para el desarrollo de las reuniones con las comunidades
y la elaboración de piezas de difusión con la suficiente claridad y
anticipación para evitar que los rumores sobre posibles afectaciones generen
posiciones adversas de las comunidades por temores infundados. Este ejercicio
proporciona insumos al mapa de conflictos (especialmente los de la categoría
iii, señalados en el párrafo anterior).
Paralelamente a estas acciones de orden
estratégico, se diseñará el Plan de Gestión Social Contractual (PGSC) que
servirá como “Carta de Navegación” para el desarrollo de las actividades
sociales durante el resto del tiempo que dure el proyecto. Es de resaltar que
en los proyectos de 5-G este PGSC además de estar alineado con principios de
Responsabilidad Social y Sostenibilidad, debe contar con un enfoque de género,
atendiendo las características de las comunidades identificadas en el
diagnóstico y procurando irradiar este enfoque a las otras áreas del proyecto.
2. Integración. Esta fase inicia con el proceso constructivo en el tramo o UF. Llamamos integración a este momento porque, aunque ya han bajado las expectativas sobre el diseño del proyecto, impactos, beneficios y oportunidades, inicia una dinámica de conflictividad permanente por asuntos propios del proyecto como el empleo o la contratación de bienes y servicios; también temas relacionados con la afectación de predios, las afectaciones ambientales, el paso de maquinaria pesada, las restricciones de tráfico, etc.; y por último los conflictos propios de la vecindad entre el concesionario y las comunidades aledañas al proyecto.
El ritmo que marca el proceso constructivo puede llevar a que la Gestión Social se enfoque en resolver los temas de urgencia dejando de lado la planeación establecida en su hoja de ruta del período. Por esta razón es necesario contar con profesionales cuyo perfil no se limite a la simple operatividad de las actividades definidas en el Plan de Acción, sino que tengan la plasticidad, desde el conocimiento y la praxis, para atender los asuntos urgentes sin descuidar lo importante del proyecto.
Esta es una fase de diálogo continuo, de negociación permanente y compromisos para cumplir en el corto plazo. Una fase donde la confianza ocupa un lugar central en las relaciones entre la comunidad y el concesionario. Por esta razón el papel del gestor social es ser el socio de todos los equipos de trabajo y el mediador entre las comunidades y los tomadores de decisión dentro del proyecto. El responsable de la Gestión Social debe tener la capacidad de plantearle claramente a las comunidades los alcances de los acuerdos logrados, cuando sea el caso, y de velar por el cumplimiento de esos acuerdos haciéndole seguimiento, en tiempos y metas, a los compromisos de cada una las áreas del concesionario implicadas en esos acuerdos.
3. Resiliencia Social. Entiendo por resiliencia social la capacidad que tiene las comunidades de asimilar los cambios que se generan en su entorno y por los cuales deben cambiar hábitos, prácticas y costumbres para adaptarse a la nueva realidad.
Una vez construida la carretera comienza el proceso de adaptación de las comunidades a la “nueva vida”. El primer cambio se da en el paisaje, ya no están las casas y/o negocios que se frecuentaban, tampoco los vendedores ambulantes; ahora hay una amplia carretera, seguramente un puente vehicular y pasos peatonales seguros. La seguridad vial se ha vuelto parte del discurso cotidiano. Otro cambio significativo esta en la movilidad; con las dobles calzadas entrar y salir de los centros poblados implica una acción a la que se deben acostumbrar propios y extraños. Se necesita aprender el buen uso de los retornos, de los carriles de aceleración y desaceleración, conocer mejor las señales de tránsito y conocer mejor los riesgos asociados a la nueva carretera.
En esta fase el responsable de la Gestión Social
adquiere un rol más educativo. Se requiere una relación fluida con las
comunidades y los usuarios haciendo mucho énfasis en la acción pedagógica
orienta a la seguridad vial y el resguardo del derecho de vía. También se debe
enfocar en el trabajo mancomunado con los lideres políticos y gremiales de la
zona para aprovechar al máximo esta nueva realidad en beneficio de la calidad
de vida de los habitantes, mediante el aprovechamiento de los suelos y de las
condiciones de la nueva carretera para potenciar el Desarrollo Local y Regional.
Esta fase termina con el proceso de reversión del
proyecto que debe ser también reversión a la comunidad para fortalecer el
sentido de pertenencia que se requiere para su bienestar y el de los usuarios.
Como se observa, la Gestión Social en los proyectos de infraestructura vial no son una sumatoria de acciones planas e indistintas durante las etapas del proyecto ni un mero requisito contractual. Por el contrario, son acción complejas, con distintitos momentos que requieren distintos tipos de liderazgo, perfiles y competencias. Esta visión ayudará para que los estructuradores de los proyectos y los
concesionarios tengan en cuenta las asignaciones presupuestales según los tiempos y propósitos de cada momento de la
Gestión Social, optimizando los recursos disponibles.
4 comentarios:
Muy buena nota !!
gracias
Muy buena reflexión
Cordial saludo. Muy buen artículo, muy claro y muy práctico.
Excelente artículo, es necesario armonizar las obras con las comunidades aledañas a los proyectos.
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