Oriundo de
Fue joven andariego, mujeriego y tomador, amigo de la fiesta y de los Bolos…Creció y se convirtió en Esposo, Padre y Abuelo Responsable y Cariñoso... también fue tío, suegro, compadre y amigo de casi todo el que pasaba por su vida.
Casado con Herminda Pico, dieron al
mundo Diez (10) hijos formados en medio de primos, paisanos y compadres, en una
ciudad pequeña en los tiempos en que se jugaba en los parques meciéndose en
columpios y haciendo figuras de tierra. En ellos concentró todos sus esfuerzos,
en procura de una buena calidad de vida: estudio, ropa, recreación y por sobre
todo valores. En ellos invirtió no solo sus sueldos, cesantías, primas y
vacaciones, sino todo su amor, cariño y comprensión, al lado de su inseparable
y paciente esposa.
Un hombre de poco estudio y gran
sabiduría que les inculcó a sus hijos y nietos el valor de las letras y la
importancia de los números; que los alentó y motivó para cumplir sus sueños (no
los de él); y que además siempre les inculcó la idea de “valerse por si mimos”
y por eso les enseñó a hombres y mujeres a ser responsables con los oficios de
la casa y trabajar honestamente para dormir tranquilo. Solía decir: “La Herencia que les dejo es el Estudio”
…Prepárense para ser personas de Bien y
Servirle a Dios, a la Patria y a la Sociedad”
Sus hijos fueron su riqueza y por eso
siempre exhibió con orgullo, a propios y extraños, sus cartones de grado y sus
logros: un filósofo, un ingeniero químico, una empresaria, un matemático, una
licenciada en preescolar, dos comunicadoras sociales, un sociólogo, un
ingeniero de sistemas, un contador y una ingeniera de sistemas.
Dio la bendición a cada de uno de sus
hijos en el momento crucial de abandonar la casa paterna para formar sus
propios hogares, y aun así seguir siendo el soporte y la compañía incondicional
de todos, en los momentos difíciles de la situación económica, la enfermedad o
las crisis emocionales. La vida también lo premió viendo el florecimiento de
veinte nietos que le expresaron siempre de manera franca y desprevenida su
cariño y amor infantil.
Sin embargo, las consecuencias de una
vida llena de esfuerzos y marcada con el flagelo de la diabetes, le fueron
marcando un camino que lo fue dejando cansado y abatido, con el andar lento,
como si recién hubiera llegado de una batalla. Poco a poco fue perdiendo la fuerza
y hoy Dios lo ha llamado a su presencia. Este Hombre, que ha cargado en sus
espaldas el peso de ser colombiano y que ha contribuido con su granito de arena
en el progreso y desarrollo de esta Nación, de batallar silencioso, como
millones de colombianos, es MI PADRE: Gilberto Vecino Aldana.
Todos los miembros de la
Familia VECINO PICO y la generación Siguiente (Vecino Martinez; Vecino Miranda;
Vecino Daza; Serrano Vecino; Porras Vecino; Pulido Vecino; Díaz Vecino; Vecino
Vargas; Vecino Monroy, Vecino Vecino y Vecino Ramírez) solo podemos decir … GRACIAS…
MUCHAS GRACIAS…Ñaooo
1 comentario:
Que escrito tan lindo que sale.del.alma y expresa el.sentir de.todos. Gracias Álvaro. El.descontenta abrazado a mi papá en.Su Santa gloria.
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