miércoles, 18 de noviembre de 2020

RSE Y PROYECTOS 5-G

Hoy en día todo el mundo habla de Responsabilidad Social Empresarial (RSE), las empresas lo pregonan y las comunidades lo reclaman. El problema es lo que cada uno entiende por este término.

RSE es un concepto que ha venido evolucionando desde aquella idea de asistencialismo donde se reparten dádivas a las comunidades como una especie de expiación de culpas, hasta las modernas teorías alineadas con una idea de Desarrollo Sostenible y Valor Compartido. Desafortunadamente, para muchas empresas que realizan los proyectos de infraestructura vial y las comunidades de sus áreas de influencia, la RSE se entiende como una acción asistencialista; y es normal que así sea, pues como he dicho antes, son zonas donde la histórica ausencia del Estado las obliga (a las comunidades) a “aprovechar” al máximo la presencia de cualquier actor que pueda “ayudar” a resolver de manera inmediata alguna necesidad; y en ese contexto, las empresas son felices pues esto siempre resulta mucho más barato que hacer planes y programas de largo plazo.

En los proyectos de 4-G, insólitamente, se les ha pedido a los concesionarios que involucren la RSE en sus proyectos. Digo que esto es insólito porque uno de los principios básicos de RSE es su voluntariedad. En lo personal espero que RSE no sea una exigencia contractual sino una acción propia de las empresas que esté alineada con su línea de negocio. Algo parecido a esta definición:

 

“Responsabilidad Social de la Empresa es, además del cumplimiento estricto de las obligaciones legales vigentes, la integración voluntaria en su gobierno, estrategias, políticas y procedimientos, de las preocupaciones sociales, laborales, medioambientales y de respeto a los derechos humanos que surgen de la relación y el diálogo transparente con sus grupos de interés, permitiéndole asegurar el crecimiento económico, el desarrollo social y el equilibrio ecológico”

 

Partimos de la idea de que el primer nivel de la RSE es el cumplimiento de las obligaciones contractuales y legales de la empresa y, desde allí, pasar al reconocimiento de las personas que hacen parte directa y/o indirecta de sus proyectos, bien sea porque reciben algún beneficio o tienen algún tipo de impacto que los pone en el círculo de sus grupos de interés, con los cuales se debe establecer un diálogo abierto para diseñar estrategias y políticas de intervención, que además de contribuir con el bienestar social (hacia adentro y afuera) y el equilibrio ambiental, asegure las ganancias de la empresa.

Todas las empresas tienen el deber de diseñar programas de RSE de acuerdo con su línea de negocio y en sintonía con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y los ciudadanos tenemos la responsabilidad de velar porque las empresas y sus productos cumplan unos mínimos de RSE como el respeto por los derechos humanos, la transparencia, la seguridad de sus trabajadores y la mitigación y/o compensación de sus impactos socio-ambientales.

Los proyectos de 5-G son una oportunidad para el Desarrollo del país pero sobre todo para el Desarrollo de los municipios y las comunidades de sus áreas de influencia, siempre y cuando se encuentren preparados técnica, académica, social e institucionalmente para gestionar el Desarrollo que éstos generan y se establezcan líneas de acción cooperativa, basadas en RSE, entre los concesionarios y sus grupos de interés.

No hay comentarios.: