La desconfianza y la
incertidumbre son las dos emociones más frecuentes con las que tienen que
lidiar las empresas que inician un nuevo proyecto de alto impacto
(infraestructura vial, hidrocarburos o minería) con las comunidades de su área
de influencia directa. Incertidumbre porque, muchas veces, las comunidades no
tienen claro cuál será el impacto real del proyecto en su forma de vida y
desconfianza porque ya saben que en el render las cosas siempre se ven más
bonitas que en la realidad.
La incertidumbre siempre
va de la mano con el miedo, es parte de la naturaleza humana temer a lo
desconocido, el otro-lo otro (no conocido) siempre será una amenaza a nuestra
existencia, por eso siempre aparece en forma de monstruo con uno o tres ojos,
gigante, desfigurado y “malo”. Por su parte la desconfianza es la antesala de
la obstinación, no hay razones ni promesas que motiven a las personas y que se
abran a nuevas ideas, la desconfianza es un candado con una cerradura difícil
de abrir. Esta combinación letal es aprovechada, casi siempre, por personas que
tienen intereses personales (políticos o económicos) y ven los proyectos como
un buen catalizador de sus pretensiones.
En estos tiempos de
globalización y redes sociales las teorías conspirativas encuentran tierra
fértil en la mente de aquellas personas que solo desean llevar una vida tranquila y que
dan por cierto todo lo que sea publicado como una noticia y mucho mejor si se
considera que, esa noticia, es el resultado de algún estudio realizado por
alguna universidad del exterior o tiene el logo de una agencia noticiosa. Así
se crean los mitos, se propagan y se instalan en el imaginario colectivo.
Las empresas invierten cuantiosos recursos en estrategias de comunicación tratando de llegar al entendimiento de las comunidades con argumentos estructurados para tumbar los mitos, pero casi siempre fracasan. ¿Por qué? Porque su discurso, técnico y argumentativo, no contiene los elementos requeridos por la comunidad para cambiar su percepción y/o representación del proyecto. En este punto comunidad y empresa están en distintos niveles de comunicación, es decir no hay competencia comunicativa.
Anticiparse
a la creación de mitos sobre los proyectos de alto impacto es una labor que las
empresas deben contrarrestar con menos discursos de ingeniería y más
investigación sobre la realidad socio-cultural de las zonas donde se ubican sus
proyectos en procura de fortalecer los lazos de confianza entre empresa y
comunidad, disipar los miedos y construir conjuntamente los relatos sobre la
nueva realidad estableciendo canales de comunicación en el mismo nivel.
Que
los mitos sigan siendo aquellos relatos que brotan desde las relaciones
ancestrales con el territorio, los ríos, la fauna y la magia de nuestros valles, selvas y montañas que nos envuelve
alegremente, revitalizando nuestro su Ser y fortaleciendo nuestras identidades. Que la realidad se
siga construyendo con horizontes amplios, perspectivas claras y sin
prevenciones.
2 comentarios:
ese es el enorme reto que se enfrenta el Gobierno para el tema de la vacunación, unos por prejuicios religiosos, otros por prevención y desconfianza con las multinacionales, otros por que le creen más a un "amigo" que a un colegio de científicos y lo que más la capacidad de manejar un reto tan norme como es vacunar en pocos meses tantos millones y en tantos sitios.
Un serio y sustentado comentario que el Alcalde deberia atender. Las eleccioomes de las 256 Juntas de Accion Comunal en abril puede ser el motivo facil de acercamiento con las coomunudades para entender que espera cada barrio
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