martes, 16 de marzo de 2021

APOROFOBIA: Miedo a los pobres

En su lectura de lo que estaba sucediendo en la Europa de finales del siglo XX con la llegada masiva de inmigrantes y su rechazo por parte de la mayoría de la sociedad, la filósofa española Adela Cortina considera que más allá que un miedo al extranjero (xenofobia) lo que se vivía era el miedo al extranjero pobre porque al extranjero rico (empresario o turista) no se le teme, al contrario, se le abren las puertas de la amabilidad para que invierta o gaste en el país. El miedo a los Pobres es APOROFOBIA.

La palabra, Aporofobia, fue incluida en el diccionario de la Real Academia Española en el mes de diciembre del año 2017, es decir ya es una palabra oficial, lo que nos ayuda a incluirla en nuestro sistema de lenguaje y por lo tanto en nuestro entendimiento y comprensión de la realidad que nos rodea.

La Aporofobia no es solo un problema europeo sino mundial. Hemos construido sobre la pobreza y los pobres un imaginario de todo aquello que molesta y ofende nuestro sentido de la ética y de la estética; en ese sentido vemos los pobres como sucios, ladrones, mentirosos, perezosos y feos. En este punto salta a la vista que el rechazo al pobre no es solo al extranjero pobre sino a todos, a nuestros connacionales, nuestro vecinos e incluso “rechazamos al pobre aunque sea de la propia familia”.

La base de nuestra cultura es el contrato en todos los ámbitos de la vida social; es decir, estamos dispuestos a dar siempre y cuando podamos recibir en las mismas proporciones de lo que damos  o más, aun cuando eso que recibamos no sea una retribución directa del que recibe sino una acción indirecta o posterior. Por ejemplo, si realizamos una donación esperamos recibir un descuento en los impuestos; o cumplimos con nuestros deberes de ciudadanos para que el Estado garantice nuestros derechos; o hay quienes asisten a velorios de sus colegas para que cuando mueran otros hagan lo mismo, etc.; hasta este punto hay una base de solidaridad que fortalece las relaciones humanas.  Sin embargo, en esta lógica del dar y recibir seguramente habrá algunos que, en apariencia, no podrán dar nada a cambio y en consecuencia serán excluidos: los pobres.

Los pobres son, entonces, aquellos que no tienen nada interesante que dar a cambio y quedan por fuera del juego del intercambio, que se entiende no solo en el ámbito económico sino del conjunto social; es decir, se puede retribuir con expresiones artísticas, científicas o deportivas, pero si una persona no muestra capacidad de retribución quedará excluido: el enfermo mental, el inmigrante, el desplazado, las víctimas de la guerra, etc.

La comprensión de la Aporofobia nos ayudará a leer mejor nuestro entorno y evidenciar aquellos que están siendo excluidos por una situación de pobreza que va más allá de su capacidad económica y quizá hacer algo, pero ¿cómo podríamos superar la Aporofobia en nuestra vida de colombianos cuando hemos construido una sociedad basados en la exclusión y el desprecio por los pobres y los diferentes?

Ver conferencia de Adela Cortina: https://www.youtube.com/watch?v=ZODPxP68zT0&t=1341s&ab_channel=TEDxTalks




1 comentario:

Angela Cecilia Saavedra Ruiz dijo...

La pandemia de la Covid -19 podría ser una manera de ejemplificar una de las tantas formas de Aporofobia vista en la indiferencia social; para algunos es una oportunidad de reconocerse como ser social que depende no solo de su propio cuidado sino del cuidado del otro para vivir, pero para otros es un momento de reafirmar su individualismo y su ego, porque contagiarme nunca será peor que aprender a convivir, ya que esto implica el riesgo de una sociedad con valores equidad y empatía. Ante esta realidad, pienso y siento que cada uno puede revisar qué rechaza y que aprecia, para que lo hace, de qué se protege, de que huye, cómo lo hace y sobre todo, si logra obtener resultados alienados con su felicidad.