miércoles, 9 de febrero de 2022

VAMOS POR LA CULTURA CIUDADANA

Me gusta que la Dirección de Tránsito de Bucaramanga esté realizando campañas de Cultura vial (por lo menos eso es lo que publican en Twitter). Pero sería más constructivo si la Administración Municipal, comprendiera la ciudad como un Sistema y así articulara este esfuerzo con lo que podría hacer desde las secretarías de Gobierno, Educación y Desarrollo Social, más los Institutos de Cultura y el INDERBU.

Reconozco a varios “herederos” de las banderas Mockusianas en la administración actual y que en el Plan de Desarrollo de Bucaramanga hay unas líneas estratégicas orientadas en ese propósito. Entonces Anímese Alcalde que todavía hay tiempo para comenzar a transformar la ciudad desde su esencia: los ciudadanos.

Pero como mi interés es que si hace algo que llamen "Cultura Ciudadana", se haga bien hecho y no proyectos para ganarse premios o salir del paso o para mostrar en medios y RRSS, les dejo esta primera reflexión necesaria para ir comprendiendo desde dónde debemos construir ese programa de Cultura Ciudadana.

EL MUNDO DE LA VIDA[1]

Los seres humanos tenemos la capacidad de transformar el lugar que habitamos y convertirlo en espacio.

 “A diferencia de otras especies del reino animal, no existe ningún mundo de los hombres, porque el ser humano no se encuentra dirigido hacia ningún mundo en concreto; él debe construir su mundo espacio-temporalmente. Los conceptos de sujeto y espacio resultan inseparables. Todo sujeto se implica existencial y ontológicamente en su entorno, y todo proceso y/o encuentro comunicativo significa la construcción de un entorno común. El ser humano no se limita a adaptarse al medio, ni simplemente a transformarlo. Le otorga un sentido, y en esa significación irrumpe la temporalidad. El espacio se transforma en espacio vital y deja de ser un lugar para convertirse en una dimensión. El mundo en tanto que entorno, no es el mundo de la física sino el mundo temático de mi (o de nuestras) vida intencional”.[2]

Entonces el Mundo de la Vida Cotidiana no es el lugar que ocupa el hombre por el solo hecho de su existencia biológica, sino que es el espacio construido, dotado de Sentido, desde la relación que mantiene con sus semejantes en la interacción lingüística. El mundo se construye en el lenguaje por medio del cual se hace manifiesta la representación de ese mundo vivenciado.

El Mundo de la Vida es el mundo de las vivencias cotidianas que compartimos con los otros; es el horizonte espacio-temporal en el que transcurren las vivencias, pensamientos y acciones humanas de orden espontáneo e irreflexivo.[3]  No es un mundo privado, sino un mundo de coexistencia en donde las diferentes perspectivas se entrelazan en los símbolos creados que hacen posible la convivencia.

El mundo de la vida es la realidad que toda persona encuentra en su actitud natural, esta delante de nosotros y se nos ofrece a través de las percepciones y desde alguna perspectiva. Es el mundo de la subjetividad y la intersubjetividad, es una representación construida desde el Sentido compartido por las personas que se entienden desde una idea de la existencia.

El Mundo de la Vida se construye en un complejo de múltiples vivencias que se tejen en la relación con los objetos de la naturaleza o estados de cosas objetivos creados por el hombre y en la relación con otros hombres a través de normas que regulan la convivencia social; entre estas relaciones se va formando un tercer tipo de relación que es la del individuo consigo mismo que constituye su propia subjetividad a la que tiene un acceso privilegiado.[4]

Todo este conjunto de relaciones es lo que permite la construcción del mundo cotidiano, como representación, enmarcado en un horizonte que se hace manifiesto en las expresiones lingüísticas  de un saber que no tiene el estatus de científico pues está compuesto de las opiniones que se nos formamos sobre aquello que se nos da. Es decir, el Mundo de la Vida es un mundo de situaciones;

“una situación representa un fragmento del mundo de la vida delimitado en vista de un tema. Un tema surge en relación con los intereses y fines de acción de (por lo menos) un implicado; circunscribe el ámbito de relevancia de los componentes de la situación susceptibles de tematización y es acentuado por los planes de acción que, sobre la base de la interpretación que de la situación hacen, trazan los implicados para realizar cada uno sus propios fines”[5].

Es claro que el Mundo de la Vida Cotidiana es el mundo de nuestras vivencias y que éstas no son sólo vivencias de los objetos sino también vivencias de los otros y de uno mismo, por tanto, su comprensión no puede reducirse a una perspectiva única sino que es necesario el reconocimiento de la perspectividad diversa que nos ayude a generar un interés por la opinión y el sentir de los otros con el fin de realizar acciones que se orienten hacia el entendimiento de quienes participan en la comunicación y no sólo al éxito de un individuo en detrimento de los intereses de los demás.

 


[1] Tomado de mi monografía de grado “De la teoría de la Acción a la Acción Pedagógica” de la Especialización en Docencia Universitaria. UIS, 1997.

[2] MELICH, Joan-Carles. Del extraño al cómplice. Barcelona: Antrhopòs, 1994. P 75. (negrita fuera de texto)

[3] Ibid. P. 70ss.

[4] Habermas, Jürgen. Teoría de la acción comunicativa. Madrid: Taurus, 1988. Tomo I.  P. 170ss

[5] Ibid. Tomo II, p.  181.

1 comentario:

Antonio J. Mantilla S. dijo...

Gracias por esas reflexiones sencillas y profundas a la vez. Y los dos temas tratados en el escrito son interrelacionados, en cuanto a la construcción,sentido y acciones que hacemos en la construcción de la ciudad. No solo es una proyeccion,sino las vivencias propias que en alguna forma hablan de la calidad de vida de quienes compartimos unos espacios y una organización social. Podemos desde las vivencias y el encuentro mejorar...nuestro espacio común.