sábado, 9 de marzo de 2024

CULTURA CIUDANA EN EL AMB

En Bucaramanga, y en los municipios del área metropolitana (AMB), se escuchan con frecuencia las quejas de algunos ciudadanos de que “no hay cultura ciudadana”, para referirse a la falta de respeto por las normas de tránsito o del poco  cuidado hacia el mobiliario urbano, la falta de sentido de pertenencia y en general de la precariedad de valores como la tolerancia y la solidaridad que propicien la sana convivencia en el espacio público.

Si nos atenemos a aquella definición de Cultura entendida como “la manera en que un pueblo se representa el mundo e históricamente lo vive creando así la base de su identidad comunitaria”, podemos intuir que en el AMB predomina una Cultura que pone por encima el interés particular sobre el general; donde la mayoría cumple las normas por miedo a la sanción y que no ser pillado se considera un valor; en otras palabras, tenemos una visión del mundo  donde “todo vale” para conseguir los propósitos personales sin importar las afectaciones que ello le pueda generar a los demás.

Y así nuestras ciudades siguen creciendo con ansias de meterse a la fuerza en procesos modernizantes, hasta el punto que muchas cosas se hacen por seguir alguna tendencia del desarrollo urbano sin tener en cuenta las necesidades reales de las personas. De aquí resultan los llamados “elefantes blancos” que no son más que el choque entre una idea impuesta y la Cultura propia de quienes habitan la ciudad; entonces decimos que no hay Cultura Ciudadana, porque las estructuras urbanas que se le imponen al ciudadano no corresponden con el Sentido construido desde su perspectiva social y tampoco se desarrollan programas para que las entienda, aprecie y aprenda a usarlas.

Me contó una amiga que cuando estudiaba en una universidad de Antioquia, en los años 90,  y preocupados por  el incremento de los embarazos adolescentes en una comuna de Medellín, hicieron un estudio para identificar sus causas; y contrario  a lo que normalmente la mayoría supone, que esto sucede por falta de educación sexual, descubrieron que las niñas se embarazaban conscientemente porque la expectativa de vida de sus novios era muy corta ya que la mayoría moría en la adolescencia debido a su oficio: el sicariato. Acudo a este ejemplo para insistir a quienes toman las decisiones, que en el AMB requerimos un programa de educación ciudadana que parta desde la comprensión del Sentido que las personas tienen sobre sus propias acciones y entender ¿Por qué no se utilizan los puentes peatonales? ¿Por qué no se  respetan las señales de pare? o ¿Por qué no recogen el excremento de sus mascotas?, entre muchos otros.

Es necesario entender que muchas de las acciones que van en contravía de la sana convivencia en el espacio público no son producto de una intención malvada de las personas sino de falta de una pedagogía ciudadana que parta del reconocimiento, el entendimiento y la comprensión de las representaciones de mundo que subyacen en el Sentido de la acción ciudadana.




1 comentario:

Anónimo dijo...

Las motivaciones estan totalmente integradas al sentido de la vida. Y las motivaciones son reflejos de la realidad y a la vez una expresion de la personalidad. Ese reflejo incide en cuanto es un aprendizaje social que se va haciendo cultura. Lo cognitivo y lo afectivo se expresan en esas culturas que son el sentido que le da el accionante o podriamos llamar el ser humano. A.MA.S