jueves, 5 de septiembre de 2024

BUCARAMANGA: EL RETO DE LA CULTURA CIUDADANA

Caos vial, contaminación, ruido excesivo, irrespeto a las normas, inseguridad y un deterioro general de la convivencia, son algunas de las características de lo que pasa hoy en Bucaramanga y que se ha venido gestando desde hace muchos años por el temor o indiferencia de los mandatarios locales para desarrollar un Programa de Cultura Ciudadana.

En la Bogotá de los años 90’s que ya era una ciudad diez veces más grande que Bucaramanga, más compleja y más caótica, Antanas Mockus, un alcalde que rompía los estereotipos de la política tradicional puso en la agenda Nacional un nuevo concepto: CULTURA CIUDADANA.

Iniciando con un estudio riguroso sobre las causas que propiciaban los comportamientos poco cívicos de los habitantes de la gran ciudad, sus motivaciones y los sitios críticos, entre otros se diseñó un plan de trabajo que conjugaba la acción lúdica como estrategia pedagógica en el espacio público y la participación ciudadana promoviendo el control social y la sanción moral a los infractores de las normas, además de reforzar los mecanismos de la sanción legal. Esta estrategia pronto mostraría sus frutos con datos reales en la reducción de la tasa de homicidios, la disminución de la accidentalidad vial, el aumento en el recaudo de impuestos y el ahorro y uso responsable del agua.

Sin duda lo más visible de esta estrategia de Cultura Ciudadana, fueron las campañas pedagógicas en el espacio público a través del uso de la lúdica con mimos y actores callejeros que le imprimieron una dinámica alegre a los grises días de la fría capital. Sin embargo, la visibilidad de este aspecto de la estrategia fue lo que llevó a que en otros municipios los alcaldes, y por supuesto sus asesores, comenzaran a llenar sus esquinas de  mimos y payasos mal entrenados y sin propósito bajo el rótulo de Cultura Ciudadana; y Bucaramanga no ha sido la excepción, distintas actividades de este tipo, sin ningún resultado a la vista (obvio) se han realizado de manera intermitente en las últimas  administraciones.

Desde finales de los 90’s, en casi todas las campañas a la alcaldía de Bucaramanga los candidatos hablan de la Cultura Ciudadana como un pilar de la convivencia y la seguridad, pero una vez electos el tema no pasa de unos cuantos proyectos lánguidos e inconexos que solo sirven para una foto en el periódico local y las redes sociales, sin ningún impacto en la vida de la ciudad.

Para una ciudad que aspira a ser moderna, sostenible y habitable la Cultura Ciudadana no es un lujo, sino una necesidad. Bucaramanga tiene el potencial para convertirse en un referente en este ámbito, pero requiere de un liderazgo valiente y comprometido que esté dispuesto a romper con los esquemas tradicionales y apostar por la innovación y la participación ciudadana. El alcalde debe ser el primer actor que promueva la Cultura Ciudadana desde el ejemplo, esa fue una de las claves del éxito del profesor Mockus.


 

1 comentario:

Antonio Mantilla dijo...

Este tema es crucial para convivir en una mejor ciudad. Todos los esfuerzos REALES Y CON EL SUSTENTO DE LA INVESTIGACIÓN de los contextos y con el aporte de personas conocedoras del tema,se puede tener una respuesta efectiva en para una ciudad en construcción como Bucaramanga