jueves, 3 de abril de 2025

MODELO INTEGRADO DE ACCIÓN COMUNICATIVA PARA LA GESTIÓN SOCIAL

El análisis de los fundamentos teóricos de la acción comunicativa y su aplicación en casos concretos de gestión social en proyectos de Infraestructura vial, minería e hidrocarburos permite proponer un modelo integrado que oriente la práctica de las organizaciones y comunidades involucradas en estos procesos. Este modelo no pretende ser una receta universal aplicable mecánicamente en cualquier contexto, sino un marco de referencia que debe adaptarse a las particularidades de cada territorio, proyecto y conjunto de actores. Su valor radica en la articulación coherente de principios, componentes y herramientas que, fundamentados en la teoría de la acción comunicativa, pueden contribuir a transformar las relaciones entre empresas, comunidades, gobiernos y otros actores sociales en el contexto de proyectos de alto impacto.

Principios fundamentales de la acción comunicativa aplicados a la gestión social

El modelo propuesto se fundamenta en varios principios derivados de la teoría de la acción comunicativa que orientan tanto la concepción como la implementación de los procesos de gestión social:

 

El diálogo como base de la interacción social constituye el principio fundamental. Frente a enfoques unidireccionales centrados en la transmisión de información o la persuasión, la acción comunicativa propone el diálogo como un proceso de intercambio recíproco donde todos los participantes tienen la posibilidad de expresarse y ser escuchados en condiciones de respeto mutuo. Este diálogo no se limita a un intercambio de opiniones o preferencias subjetivas, sino que aspira a la construcción de entendimientos compartidos a través de la deliberación racional sobre pretensiones de validez que pueden ser cuestionadas y defendidas con argumentos.

 

La inclusión y participación de todos los afectados representa un segundo principio esencial. La legitimidad de los acuerdos alcanzados a través de procesos comunicativos depende de que todos aquellos cuyos intereses puedan verse afectados por las decisiones tengan la oportunidad efectiva de participar en su discusión y elaboración.

 

Esta inclusión debe considerar la diversidad interna de las comunidades y otros grupos de interés, asegurando que las voces tradicionalmente marginadas o silenciadas puedan expresarse y ser consideradas en los procesos de toma de decisiones. 

La igualdad discursiva constituye un tercer principio fundamental. Si bien los participantes en los procesos comunicativos pueden tener diferentes niveles de poder, recursos o conocimientos técnicos, la acción comunicativa aspira a crear condiciones donde estas asimetrías no determinen el resultado de las deliberaciones. Esto implica establecer reglas y procedimientos que equilibren las oportunidades de participación, así como desarrollar capacidades en los actores con menos recursos para que puedan intervenir efectivamente en los diálogos.

 

La transparencia y veracidad emergen como un cuarto principio clave. La acción comunicativa presupone que los participantes se expresan sinceramente y proporcionan información completa y veraz sobre los asuntos en discusión. En el contexto de la gestión social, esto implica que las empresas, gobiernos y otros actores compartan abiertamente información relevante sobre los proyectos, sus impactos potenciales y las medidas previstas para gestionarlos, evitando la manipulación, el ocultamiento o la distorsión de datos que puedan afectar la calidad de las deliberaciones.

La orientación al entendimiento y no solo al éxito constituye un quinto principio esencial. A diferencia de la acción estratégica, que busca influir en otros para lograr fines predeterminados, la acción comunicativa se orienta primariamente a la construcción de entendimientos compartidos a través del diálogo. En el contexto de la gestión social, esto implica que los procesos de comunicación no se conciban instrumentalmente como medios para obtener la aceptación de decisiones ya tomadas, sino como espacios genuinos de construcción colectiva donde los objetivos mismos pueden ser redefinidos a partir de las deliberaciones.

La integración de diferentes tipos de racionalidad representa un sexto principio fundamental. La acción comunicativa reconoce la legitimidad de diferentes formas de racionalidad: la cognitivo-instrumental (orientada a la verdad y la eficacia), la práctico- moral (orientada a la rectitud normativa) y la estético-expresiva (orientada a la autenticidad y la expresión subjetiva). En el contexto de la gestión social, esto implica que los diálogos no se limiten a aspectos técnicos o económicos, sino que integren también consideraciones éticas, culturales, emocionales y simbólicas que son igualmente relevantes para la toma de decisiones.

Finalmente, la construcción de consensos a través de la argumentación constituye un séptimo principio esencial. La acción comunicativa aspira a resolver los desacuerdos no mediante la imposición, la negociación estratégica o el compromiso pragmático, sino a través del intercambio de razones que permitan a los participantes revisar y modificar sus posiciones iniciales a la luz de mejores argumentos. En el contexto de la gestión social, esto implica crear espacios donde los diferentes actores puedan presentar y defender sus perspectivas con argumentos, pero también estén dispuestos a reconsiderarlas cuando se presenten razones convincentes para ello.

 

 

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