jueves, 18 de febrero de 2010

DE PITO A PITO

A las seis de la mañana el Pito marcaba la hora de inicio de una jornada laboral de personas que poco a poco fueron tomando el hábito, la forma y mentalidad del obrero. Un ‘ejercito’ de hombres –pocas mujeres- que bajo la inclemencia de un sol picante y un calor que llegaba hasta los cuarenta y cinco grados centígrados, reforzados por la emisión de gases, el recalentamiento del metal y la ausencia de brisas, coadyuvaron a construir la empresa más grande del país: ECOPETROL.

Pero el pito de las seis de la mañana no era solo un aviso para los trabajadores de la refinería de Barrancabermeja; también era una voz de esperanza para una ciudad que despertaba, un símbolo de progreso y bienestar, además de un impulso al crecimiento de otros renglones económicos. Pescadores, comerciantes, estudiantes, amas de casa y hasta desempleados encontraban en el pito el anuncio de un nuevo día con todos sus ajetreos.

Con el pito de las cuatro de la tarde sucedía otro tanto, anunciaba el fin de la jornada laboral, pero también el inicio de una nueva etapa del día. Una oportunidad para el comercio, para la venta de cerveza, el juego de bolo y el tejo, además una advertencia para esposas e hijos del inminente regreso del padre a casa.

De pito a pito la Empresa creció, muchos hombres y mujeres entregaron lo mejor de su fortaleza física, mental y espiritual, y la ciudad se fue haciendo con el talento de propios y extranjeros que en una mezcla de acentos, gustos y tendencias, forjaron la cultura hibrida de lo que se hoy conoce como ‘barranqueño’.

De pito a pito, muchos hombres y mujeres se conocieron, se enamoraron y se casaron; de pito a pito, muchos niños y jóvenes estudiaron, jugaron fútbol y parrandearon, de pito a pito quedaron muchos secretos que con el paso de los años despiertan una sonrisa picara y una mirada perdida en aquellos recuerdos que hoy les permiten a las nuevas generaciones gozar de un buen presente y aumentar la esperanza de un mejor futuro.

La refinería y Barrancabermeja siguen su marcha por los caminos de un desarrollo cada vez mas consciente de la responsabilidad social de la Empresa reflejado en el apoyo a procesos de educación básica, técnica y superior; al fomento de la investigación científica; las alianzas interinstitucionales y el compromiso ambiental.

Felicitaciones a Ecopetrol por los 88 años de su refinería, a sus pensionados, sus trabajadores y todos los habitantes del Puerto Petrolero que hoy disfrutan de una ciudad pujante que reclama de sus líderes mayor protagonismo en el escenario regional y nacional.

Hoy el pito ya no existe pero perdura en la memoria colectiva de un pueblo que año a año supo construir su identidad en el tiempo en que transcurría la jornada laboral: de Pito a Pito.

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