jueves, 4 de febrero de 2010

NO NACIOS PA'SAPIAR

La ilusión de estudiar una carrera universitaria esta sustentada en la vieja idea positivista de que la sociedad es una estructura piramidal de clases y en la cual cualquier persona puede pasar de un estadio a otro, por una propiedad de esta estructura que es la movilidad social: y por supuesto la mayoría de personas aspiran a tener una movilidad social ascendente y no descendente.

La visión general es que cualquier persona puede ascender en la escala social (paso a paso) si adopta una serie de comportamientos y cumple cabalmente con la normatividad social. Entre los comportamientos que se exigen para el llamado ascenso social esta el de estudiar, trabajar y ahorrar; siendo cada actividad un resultado de la anterior: si la persona estudia tendrá un mejor trabajo y en consecuencia obtendrá mejores ingresos y podrá ahorrar más para comprar más cosas.

Bajo esta lógica es que los padres y madres de familia y sus jóvenes hijos, aspiran a tener una carrera universitaria. Para ello hacen muchos esfuerzos, como tramitar becas, hacer créditos, trabajar de día para estudiar de noche, estudiar entre semana y trabajar los fines de semana o trabajar entre semana y estudiar los fines de semana a distancia. Se pretende “ser alguien” ya sea médico, ingeniero, abogado o contador; o tecnólogo en mecánica, topografía, electrónica; o incluso técnico en algún oficio. Se persigue con el estudio alejarse de los círculos de la violencia armada y callejera. Todos aspiran a ser buenos profesionales, buenos padres o madres y buenos ciudadanos, o como dicen por ahí, aspiran a ser ‘gente de bien’.

Por esta razón la propuesta del Presidente de Colombia de crear una red de informantes con estudiantes universitarios en la ciudad de Medellín, con recompensas de cien mil pesitos, va en contravía de cualquier idea de desarrollo y progreso social, pues lleva la semilla de la violencia armada y el narcotráfico a un circulo social que intenta justamente separarse de ellos. Pues aunque la sociedad es un entramado complejo de relaciones sociales, dentro de esa trama hay círculos o campos sociales que poco se relacionan entre si. En una misma ciudad o sector pueden vivir diversas personas de un mismo rango de edad, con actividades o gustos similares y nunca cruzarse entre ellos, pues sus redes de acción y campos sociales son diferentes.

En este sentido, no es justo para una sociedad que busca superar la ruptura social que ha generado el conflicto armado y el narcotráfico que se pretenda llevar parte de esa problemática justamente al lugar que la misma sociedad ha creado para encontrar los caminos de su propio desarrollo: la Universidad.

La universidad debe seguir siendo el punto de encuentro universal de los jóvenes, donde la curiosidad por el aprendizaje se despierta para generar procesos de innovación científica y tecnológica que incidan en el desarrollo social. La universidad es el espacio que deja en los jóvenes la huella del espíritu científico, aquí se nace nuevamente en el saber y se pretende consolidar un principio ético a favor de la vida. En la universidad se vive para el saber no para sapiar.

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