viernes, 3 de noviembre de 2017

GESTION SOCIAL EN PROYECTOS DE ALTO IMPACTO: EL Escenario Deseado

Durante mucho tiempo, en los proyectos con alto impacto socioambiental, las comunidades del entorno eran percibidas como un obstáculo. Se las consideraba grupos desinformados que no comprendían el progreso que las obras traerían tanto para su comunidad como para el país, o bien como oportunistas que solo buscaban sacar provecho de la empresa, especialmente en los sectores extractivos y de infraestructura vial. En consecuencia, la gestión social era vista dentro de las empresas y por parte de los clientes como algo secundario y sin mayor relevancia. El término "lo social", pronunciado muchas veces con un tono despectivo, se delegaba a cualquier empleado disponible: un ingeniero de producción, el jefe de seguridad o, en la mayoría de los casos, el responsable del área ambiental. Era una función relegada, percibida como irrelevante hasta que surgían problemas con la comunidad, lo que solo generaba molestias y preocupación dentro de las empresas.

Afortunadamente, esa visión ha cambiado. En el nuevo paradigma de la Sostenibilidad, se reconoce a las comunidades del Área de Influencia (AI) como actores legítimos, que participan activamente en el proceso de convivencia con las empresas. Este cambio de enfoque implica que las comunidades ya no son vistas como un obstáculo, sino como partes interesadas, sujetos que desean establecer un diálogo abierto con las empresas para comprender mejor los proyectos que afectan su territorio. En este proceso, sus inquietudes, temores y posibles afectaciones son atendidas y resultados de manera oportuna y transparente.

Hoy en día, las empresas han evolucionado en su enfoque hacia lo social. Han establecido áreas específicas de gestión social, diseñadas para mitigar los impactos que su operación puede causar y, al mismo tiempo, generar oportunidades para las comunidades en su área de influencia. Estas áreas cuentan con programas y proyectos estructurados que no solo buscan resolver problemas de manera reactiva, sino que se anticipan a los posibles conflictos, fomentando un enfoque proactivo.

Además, se ha dado un paso adelante en la profesionalización de la gestión social. El liderazgo de esta área está en manos de profesionales idóneos, con formación en ciencias sociales y, lo que es igualmente importante, con la autoridad y capacidad de liderazgo necesarias para gestionar equipos y enfrentar los conflictos que puedan surgir. Estos líderes tienen la tarea no solo de mitigar los impactos de las operaciones, sino de gestionar de manera constructiva las relaciones con comunidades que, en ocasiones, recurren a vías de hecho para hacer escuchar sus voces, llegando incluso a detener proyectos de forma indefinida.

En resumen, hemos transitado hacia una gestión social propositiva, en la que se construyen puentes entre las empresas y las comunidades. Ya no se trata de una función reactiva, relegada a un segundo plano, sino de un componente estratégico que aporta al desarrollo de relaciones más equitativas, sostenibles y constructivas entre todos los actores involucrados. Esta nueva visión de la gestión social permite no solo la viabilidad de los proyectos, sino también la construcción de una legitimidad compartida y un futuro donde las empresas y las comunidades coexisten de manera armónica, en beneficio de ambos.

Si es así o me lo soñé…?






1 comentario:

Anónimo dijo...

Bn DIA Sr. Alvaro, te escribe Leonardo vecino Acevedo, pues veo q tienes proyectos de ALTO IMPACTO, mi proyecto cuenta con 4 patentes de inversión, según el ministerio de ciencias y tecnología, podría bajar el consumo de plástico en el planeta entre un 10 aQ5%.
Si vez una posibilidad de contacto 315 323 88 81