martes, 20 de noviembre de 2018

AMOR PROPIO


En la esquina de la calle 65 con carrera 30 donde queda el restaurante Puerta del Sol (Bucaramanga), mi esposa con los dos niños en el carro, se disponía a realizar el cruce respectivo hacia la derecha. Llevaba las direccionales prendidas indicando el cruce y verificó que todo estuviese despejado, pero de repente un motociclista queriendo adelantarse al carro se atraviesa y golpea el carro, rayándolo y sumiéndole la puerta trasera. Mi esposa se detiene y el hombre –joven por demás- también lo hace más adelante, pero lo hace para reírse y acelerar su moto haciendo una acrobacia. Mi esposa- bien gracias y los niños también.

Pienso en este conductor como alguien que no ama su propia vida y por lo tanto no puede amar la de los demás. Una persona que no tiene amor propio también es incapaz de expresar amor hacia su entorno (personas, animales y cosas), es incapaz de respetar las normas porque no comprende su sentido, es incapaz de percibir el riesgo de sus acciones porque no es consciente de ellas ya que no se reconoce a sí mismo como Sujeto.

Antes pensaba que este tipo de situaciones se presentaban porque existía un vacío en la educación como ciudadanos (lo que se conoce como cultura ciudadana) pero lo que veo ahora es un gran vacío en la formación AFECTIVA de las personas, sujetos con baja autoestima y demasiado acomplejados que tratan de sacudirse actuando –inconscientemente- de manera violenta hacia todo lo que consideran como un elemento que lo condiciona, inhibe o intimida, es decir hacia todo aquello que le hace sentir menos que los demás.

Sin duda tenemos un gran reto en la construcción de ciudad…

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