domingo, 16 de diciembre de 2018

RUTA DEL SOL - DAÑO COLATERAL


Sigue el escándalo de Odebrecht y todo el país está indignado, que tal que no. Ahora se conoce que el Tribunal Administrativo de Cundinamarca –en fallo de primera instancia– impuso una severa sanción a los socios de la concesionaria Ruta del Sol, incluida la empresa Episol, filial del Grupo Aval, si se comprueba que tuvo algún conocimiento o participación en las actividades ilegales de Odebrecht, socio mayoritario en ese proyecto.

Esta situación genera gran incertidumbre sobre el futuro de las concesiones en las cuales participa hoy el grupo aval (Conexión pacifico 1; Loboguerrero–Mulaló; Villavicencio-Yopal y Chirajara-Villavicencio), además de todas las implicaciones para el sistema financiero y el futuro de las vias 4G que esto conlleva. Sin embargo, más allá de esto, es muy importante pensar en los efectos que tendría esta situación en las economías locales por donde se construyen estas vias concesionadas y en la calidad de vida de miles de personas que hoy están vinculadas de manera directa o indirecta a esos proyectos.

Miremos lo que paso con el proyecto ruta del sol, sector 2. Cuando inició el 2017, en el proyecto ruta del sol, sector 2, todo era incertidumbre. Todas las actividades estaban paralizadas, los vehículos y la maquinaria permanecían inmóviles en sus sitios de parqueo. Una soledad desgarradora envolvía el ambiente en todos los 578 kilómetros. Nadie sabía qué estaba pasando o qué iba a pasar. Nadie puso la cara, nadie dio explicaciones. Cada día una nueva noticia con un nuevo escándalo que aumentaba el desasosiego de todos los trabajadores. Fueron días donde el llanto, la ansiedad y el nerviosismo recorrían los pasillos de aquellos campamentos y oficinas. Las personas que salieron alegres a celebrar su navidad ahora los recibía el año nuevo sin trabajo… y ahora? Qué hacer con las deudas contraídas, el colegio de los muchachos, la cuota del arriendo, la plata de la comida?... Poco a poco todos fueron despedidos con una gran desilusión y rabia en sus corazones.

La carretera quedó vacía y todos los centros poblados del área de influencia directa (más de 45) también sintieron el impacto de lo que estaba pasando, no solo por el desempleo que les cayó como un rayo, también porque todas las pequeñas empresas que ofrecían bienes y servicios se paralizaron: hoteles, restaurantes, volquetas, autobuses, soldadores, vigilantes, empresas de baños portátiles, empresas de mantenimiento, entre muchas otras. Estas empresas son una fuente clave en la dinámica económica de estos municipios y centros poblados, pero el proyecto quedó truncado y la carretera poco a poco se fue deteriorando.

Ahora, después de un año en que se dio por terminado el contrato de concesión, la situación no ha mejorado para las comunidades del área de influencia de este proyecto. Recién hasta hace un par de meses el INVIAS adjudicó unos contratos para hacer mantenimiento a las obras que quedaron inconclusas y aun no se sabe cuándo pueda ser adjudicada la carretera a un nuevo concesionario. En cuanto a los trabajadores muchos han conseguido nuevos empleos, la mayoría en condiciones menos favorables a las que tenían en la concesión ruta del sol, pero como dice la gente “ahí van”.

He contado esto con la idea que en las decisiones que se tomen con respecto a los socios de Odebrecht, se castigue a las personas responsables de pagar coimas y ocultar información a las autoridades; pero que éstas decisiones no afecten la continuidad de los proyectos y en consecuencia la calidad de vida de las personas que hoy están laborando en estas empresas de manera directa o a través de la oferta bienes y servicios, pues ellos son los ciudadanos de a pie, los que se ganan el pan con el sudor de su frente y que gracias a su esfuerzo es que mueve el desarrollo de sus regiones y del país.

Ojalá que todas estas personas no tengan la misma suerte de aquellos que trabajaron en la concesión ruta del sol y que literalmente “llevaron del bulto”… porque los grandes empresarios, como el señor Odebrecht, aunque pierdan mucha plata seguirán llevando una vida lujosa y de privilegios.

1 comentario:

José Rodriguez dijo...

Las Coimas son culpa de los dirigentes en todos los escalones, políticos y empresarios. En Colombia la cultura del 10% y el 15% es una cultura, desde la alcaldía hasta la presidencia. La escachada de Odebrecht fue que no le dio a alguien con poco poder pero hartas agallas para romper la cadena. Y ese fue alguien del local o negocio de Lava Jato (limpia autos)