Sigue el escándalo de Odebrecht y todo el
país está indignado, que tal que no. Ahora se conoce que el Tribunal
Administrativo de Cundinamarca –en fallo de primera instancia– impuso una
severa sanción a los socios de la concesionaria Ruta del Sol, incluida la
empresa Episol, filial del Grupo Aval, si se comprueba que tuvo algún conocimiento o participación en
las actividades ilegales de Odebrecht, socio mayoritario en ese proyecto.
Esta
situación genera gran incertidumbre sobre el futuro de las concesiones en las
cuales participa hoy el grupo aval (Conexión pacifico 1; Loboguerrero–Mulaló;
Villavicencio-Yopal y Chirajara-Villavicencio), además de todas las
implicaciones para el sistema financiero y el futuro de las vias 4G que esto
conlleva. Sin embargo, más allá de esto, es muy importante pensar en los
efectos que tendría esta situación en las economías locales por donde se
construyen estas vias concesionadas y en la calidad de vida de miles de
personas que hoy están vinculadas de manera directa o indirecta a esos
proyectos.
Miremos
lo que paso con el proyecto ruta del sol, sector 2. Cuando inició el 2017, en
el proyecto ruta del sol, sector 2, todo era incertidumbre. Todas las
actividades estaban paralizadas, los vehículos y la maquinaria permanecían
inmóviles en sus sitios de parqueo. Una soledad desgarradora envolvía el
ambiente en todos los 578 kilómetros. Nadie sabía qué estaba pasando o qué iba
a pasar. Nadie puso la cara, nadie dio explicaciones. Cada día una nueva
noticia con un nuevo escándalo que aumentaba el desasosiego de todos los
trabajadores. Fueron días donde el llanto, la ansiedad y el nerviosismo
recorrían los pasillos de aquellos campamentos y oficinas. Las personas que
salieron alegres a celebrar su navidad ahora los recibía el año nuevo sin
trabajo… y ahora? Qué hacer con las deudas contraídas, el colegio de los muchachos,
la cuota del arriendo, la plata de la comida?... Poco a poco todos fueron
despedidos con una gran desilusión y rabia en sus corazones.
La
carretera quedó vacía y todos los centros poblados del área de influencia directa
(más de 45) también sintieron el impacto de lo que estaba pasando, no solo por
el desempleo que les cayó como un rayo, también porque todas las pequeñas
empresas que ofrecían bienes y servicios se paralizaron: hoteles, restaurantes,
volquetas, autobuses, soldadores, vigilantes, empresas de baños portátiles,
empresas de mantenimiento, entre muchas otras. Estas empresas son una fuente
clave en la dinámica económica de estos municipios y centros poblados, pero el
proyecto quedó truncado y la carretera poco a poco se fue deteriorando.
Ahora,
después de un año en que se dio por terminado el contrato de concesión, la
situación no ha mejorado para las comunidades del área de influencia de este
proyecto. Recién hasta hace un par de meses el INVIAS adjudicó unos contratos
para hacer mantenimiento a las obras que quedaron inconclusas y aun no se sabe
cuándo pueda ser adjudicada la carretera a un nuevo concesionario. En cuanto a
los trabajadores muchos han conseguido nuevos empleos, la mayoría en
condiciones menos favorables a las que tenían en la concesión ruta del sol,
pero como dice la gente “ahí van”.
He
contado esto con la idea que en las decisiones que se tomen con respecto a los
socios de Odebrecht, se castigue a las personas responsables de pagar coimas y ocultar
información a las autoridades; pero que éstas decisiones no afecten la continuidad
de los proyectos y en consecuencia la calidad de vida de las personas que hoy
están laborando en estas empresas de manera directa o a través de la oferta bienes
y servicios, pues ellos son los ciudadanos de a pie, los que se ganan el pan
con el sudor de su frente y que gracias a su esfuerzo es que mueve el
desarrollo de sus regiones y del país.
Ojalá
que todas estas personas no tengan la misma suerte de aquellos que trabajaron
en la concesión ruta del sol y que literalmente “llevaron del bulto”… porque
los grandes empresarios, como el señor Odebrecht, aunque pierdan mucha plata
seguirán llevando una vida lujosa y de privilegios.
1 comentario:
Las Coimas son culpa de los dirigentes en todos los escalones, políticos y empresarios. En Colombia la cultura del 10% y el 15% es una cultura, desde la alcaldía hasta la presidencia. La escachada de Odebrecht fue que no le dio a alguien con poco poder pero hartas agallas para romper la cadena. Y ese fue alguien del local o negocio de Lava Jato (limpia autos)
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