De las muchas definiciones que se le han dado a la cultura, me gusta aquella que dice que la cultura es la manera como un pueblo se representa el mundo e históricamente lo vive, creando la base de su identidad comunitaria.
En esta perspectiva, todos los pueblos tienen una cultura, es decir una
manera de interpretar el mundo y vivirlo según esa interpretación; es decir, no
hay una cultura mejor que otra, solo son diferentes. Por eso creo que no es
apropiado decir que tal o cual persona no tiene cultura o que cierta comunidad
tiene poca cultura, etc.
En Bucaramanga, escucho con alguna frecuencia las quejas de algunos ciudadanos
de que “no hay cultura ciudadana” para referirse a la falta de respeto por las
normas de tránsito, la falta de cuidado al patrimonio común, la falta de pertenencia
de la ciudad y la ausencia de valores que propicien una sana convivencia
ciudadana como la tolerancia y la solidaridad, entre otros.
En consecuencia, ateniéndonos a la definición de cultura expuesta, podemos
intuir que en Bucaramanga predomina una representación del mundo donde prima el
interés particular sobre el general; donde se considera que las normas solo se
deben cumplir por miedo a la sanción y se considera un valor la violación de la
norma sin ser pillado; es decir, una cultura donde “todo vale” para conseguir
los propósitos personales, sin importar el bienestar de los demás. Una vida
cotidiana que se vive con base a “jugaditas” para no respetar las normas jurídicas
ni las normas de convivencia social.
La ciudad sigue creciendo con ansias de meterse en procesos de
modernización urbana hasta el punto que algunas cosas se hacen en el marco de una
tendencia del desarrollo urbano sin tener en cuenta las necesidades reales de
las personas o de conocer la manera como construye el Sentido de las relaciones
con las cosas, los otros y consigo mismos, en el mundo de la vida cotidiana. De
aquí resultan los llamados “elefantes blancos” o el choque entre las
estructuras urbanas que buscan embellecer la ciudad o ponerla a tono con el Desarrollo
mundial y la Cultura. Entonces decimos que no hay Cultura Ciudadana, es decir
que la manera como la mayoría de personas se representan el mundo y construyen
el Sentido de la vida no coincide con las estructuras que se le imponen.
Por eso es urgente un programa de educación ciudadana que parta de la
comprensión del Sentido que las personas tienen sobre sus comportamientos: ¿Por
qué no utilizan los puentes peatonales? ¿Por qué no respetan las señales de
pare?, etc. Quiero ilustrar esto con dos ejemplos: 1) en los años 90 unos
estudiantes de una Universidad en Antioquía, preocupados por el incremento de los embarazos adolescentes en
una comuna de Medellín, hicieron un estudio para establecer las causas;
contrario a lo que normalmente la
mayoría supone, que esto sucede por falta de educación sexual, descubrieron que
las niñas se embarazaban conscientemente porque la expectativa de vida de sus
novios era muy corta (la mayoría moría adolescente por el sicariato) ; 2) En un
proyecto carretero se contrató un conductor, un señor que tenia casi 20 años de
manejar taxi en un municipio pequeño. El señor paso los exámenes teóricos y prácticos,
etc. Sin embargo, en su primer día de trabajo le preguntó a su jefe, en voz
baja, con algo de pena: “señor, ¿cuáles son las señales horizontales?”.
Muchos de los comportamientos de las personas obedecen a una manera de entender
el mundo o simplemente las cosas no tienen ningún sentido para ellas, no les
dicen nada. No es simple ignorancia ni maldad en su corazón, es falta de procesos
educativos que partan del reconocimiento,
el entendimiento y la comprensión de las representaciones de mundo que subyacen
en el sentido de la acción ciudadana.
2 comentarios:
Totalmente de acuerdo amigo Alvaro, este desarraigo es producto de la casi inexistencia de procesos educativos y de formación cívica; pero a esto también debemos agradarle el pésimo ejemplo que la ciudadanía recibe de sus gobernantes y líderes políticos, dónde solo cunde la trampa, la corrupción y el delito. Con gobernantes así, nunca podremos tener procesos educativos fiables y menos ll nos de ética y valores, que es lo que necesitamos. Cordial saludo
Muy buen escrito apreciado Alvaro totalmfnte de zcuergo.Saludos
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