martes, 4 de julio de 2023

CON ENFOQUE DE DERECHOS HUMANOS ...

El bienestar de las personas y no la economía es el principal propósito de cualquier proyecto. No se puede perder de vista esta premisa, especialmente en aquellos Proyectos de Alto Impacto como son los del sector extractivo y la infraestructura vial.

La base del respeto a la condición humana son los Derechos Humanos. Vivimos por ellos y para ellos. Son la expresión objetiva de la esencia humana, aquello que nos pone en plano de igualdad sin importar color, tamaño, lengua, creencia, género o ideología. La dignidad no se mide ni se calcula, no se compra ni se vende, esta ahí, es nuestra esencia como seres humanos.

Los Derechos Humanos surgen en correspondencia con una concepción individualista del mundo y acorde con los acontecimientos mundiales se fueron complementando con reconocimientos de orden social, cultural, económico y ambiental, para finalmente concebirse desde la integralidad centrada en la vida humana, como lo reconoce la declaración de Viena y el plan de acción donde se define que todos los Derechos Humanos son universales, indivisibles e interdependientes.

La falta de una visión que relacione los propósitos de los Proyectos del Alto Impacto con los Derechos Humanos, por parte de las empresas, normalmente es fuente de conflictos entre éstas y las comunidades de sus áreas de influencia.  Esto se manifiesta de la siguiente manera:

Por un lado, en el discurso de las empresas normalmente se encuentran conceptos como impactos, mitigación, compensación, restablecimiento, etc., pero no de Derechos Humanos; por eso las acciones de compensación, mitigación, etc., están referidas a las cosas (casas, escuelas, parques y no a las personas). Para las empresas (claro no todas) esos son temas que se abordan desde el cálculo de las afectaciones al proyecto en términos de costos y tiempos de implementación.  De otro lado, las comunidades abordan los impactos desde la perspectiva de las amenazas que representa el proyecto para su permanencia en el espacio que habita desde hace muchos años, la ruptura de sus redes sociales y emocionales, la continuidad de los estudios de sus hijos, del sitio de recreación o la afectación a las fuentes de agua, etc. Aunque tampoco lo hacen explícito en su discurso, la preocupación de las comunidades es por la vulneración de los Derechos Humanos, por su integralidad y su dignidad.

Es necesario que las empresas tengan en cuenta, en el enfoque de los propósitos de sus proyectos, los Derechos Humanos y que de esta manera los impactos generados no se miren solo desde los costos y el plan de manejo; es decir, que se entienda que la afectación a las familias que se ubican en la faja de retiro de los proyectos no es solo un tema de compensaciones económicas sino de restablecimiento del Derecho a una vivienda digna; que en el impacto de una escuela no se trata solamente de hacer una nueva, porque eso manda la ley, sino por el restablecimiento del Derecho a la educación de los niños; y que el impacto a un parque sea entendido como la vulneración del Derecho a la recreación; o que los impactos a un puesto de salud, a un salón comunal o un cementerio, etc., sean comprendidos desde la vulneración de los Derechos correspondientes y las medidas de compensación como restablecimiento de esos Derechos.

En estos tiempos donde el discurso de la Sostenibilidad y la Responsabilidad Social ronda por todos los pasillos de las empresas y las instituciones públicas, sería bueno que aterrizaran el enfoque de Derechos Humanos a la visión de los proyectos y desde allí a las estrategias de planeación y ejecución de los mismos. Es una tarea en la que se debe involucrar toda la empresa y son los directores de la Gestión Social los llamados a liderar esta iniciativa dentro de sus empresas para mejorar los canales de comunicación y entendimiento con las comunidades de sus áreas de influencia, lo que sin duda redundaría en menos conflictos, mayor productividad y mejor reputación.




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